¿QUIÉN FUE ROSALINDA POWER FOX?

¿Fue Rosalinda Fox espía británica? Beigbeder, su pareja, un culto militar, diplomático y amante de África y de las mujeres peligrosas.

«The Grass and the Asphalt» es el libro de memorias que escribió Rosalinda Fox muy avanzada ya su vida.

La figura de Rosalinda Power Fox asoma en los inicios de la guerra civil española e indisolublemente ligada a la del diplomático franquista Juan Luis Beigbeder. También se la relaciona con las maniobras del gobierno británico y sus servicios de inteligencia. El objetivo sería que España no entrara en la Segunda Guerra Mundial apoyando a Hitler. Pero ¿fue Rosalinda Fox espía británica?

Rosalinda Powell Fox, más conocida como Rosalinda Fox, fue una mujer inglesa que mantuvo una larga e ilícita —para la moral de la época— relación amorosa con Juan Luis Beigbeder, casado con una española. Éste era el delegado de Asuntos Indígenas y alto comisario en el Protectorado español en Marruecos durante la guerra civil española. Su historia cobró especial relieve tras el libro de María Dueñas “El tiempo entre costuras”.

Nació en la India a principios del siglo XX, en pleno esplendor del Raj británico. Perteneciente a una acomodada familia inglesa. La desposaron muy joven con un rico comerciante residente en Calcuta. Tras el nacimiento de su hijo contrajo una tuberculosis bovina incurable que le pronosticaba un rápido y trágico desenlace. Ante esa contingencia su marido se deshizo de ella enviándola a Europa a morir, aunque dotada de una sustanciosa pensión.

«The Grass and the Asphalt» es el libro de memorias que escribió muy avanzada ya su vida. Publicado en 1997 por J.S. Harter and Associates, es la única prueba sobre la que se sustenta su presunto trabajo como agente de la inteligencia británica. ¿Fue Rosalinda Fox espía británica? Lo único demostrado es que Rosalinda tuvo el curioso don de los grandes personajes de la historia de encontrarse siempre en el lugar apropiado, en el momento preciso.

Estaba en Cascais (Portugal) cuando el general Sanjurjo preparaba la insurrección contra la República. Estaba en el hotel Adler de Berlín, en los prolegómenos del nazismo. Allí se encontró de nuevo a Sanjurjo y conoció a un joven y culto agregado militar español llamado Juan Luis Beigbeder. También estaba en Tánger al nombrar a Beigbeder alto comisario de España en Marruecos con sede en Tetuán. Se trasladó a esa ciudad mientras ejerció como alto comisario y le acompañó a Madrid en 1939 cuando le nombraron ministro de Asuntos Exteriores. En los cincuenta se reunieron de nuevo en Guadarranque, Cádiz. Esta vez intentaban promover unos proyectos turísticos. No obtuvieron demasiado éxito debido a las decisiones industriales del régimen en aquella zona.

Juan Luis Beigbeder y Atienza nació en Cartagena el 31 de marzo de 1888. Militar de Ingenieros, alcanzó la graduación de General de Brigada. Participó en las guerras de África de 1909-1910. Se casó en 1915 con una mujer de la burguesía de Alcalá de Henares. Entre 1926 y 1934 sirvió como agregado militar en las embajadas españolas de París y Berlín. Su estancia en la capital alemana coincidió con el ascenso al poder del nazismo, época en la que trabó amistad con el general Erich Kühlenthal. Durante la Segunda Guerra Mundial Kühlenthal estuvo al frente de la estación del Abwehr (inteligencia militar alemana) en Madrid. Desde allí desplegó una red de espionaje que alcanzaría todos los rincones de España. Beigbeder, autorizado por Franco, gestionó con Kühlenthal el envío de aviones de transporte para trasladar a las tropas sublevadas desde el norte de África a la península. También realizó gestiones con el cónsul italiano en Tánger y consiguió que la Italia fascista suministrase aviones y material de guerra a los golpistas.

En abril de 1937 le nombraron alto comisario de España en Marruecos. A lo largo de la contienda jugó un papel muy importante al activar y canalizar el reclutamiento de mercenarios marroquíes para combatir en la península junto al ejército sublevado.

A propuesta de su cuñado Ramón Serrano Suñer, Franco lo nombró ministro de Asuntos Exteriores en agosto de 1939. Su mandato tuvo una corta duración ya que en octubre de 1940 lo cesaron y fue sustituido por Serrano Suñer. Los rumores aseguran que se debió a las constantes indiscreciones sexuales de Beigbeder y a su relación con una ciudadana británica, presunta espía. Tras su caída en desgracia cayó en el ostracismo y permaneció confinado bajo arresto domiciliario en Ronda, Málaga, hasta después de terminada la Segunda Guerra mundial.

Tras eso, Franco le envió en misión especial para ayudar a restablecer los deteriorados lazos diplomáticos con Estados Unidos. La desclasificación reciente de documentos de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA) ha permitido conocer la figura de la «Señora Negra» (Mrs. Black) que mantuvo una relación con Beigbeder a partir de 1943 mientras ejercía como agregado militar en la embajada española en Washington. Se trataría de una ciudadana británica reclutada por la inteligencia estadounidense. A esta «Señora Negra» se le atribuye que Beigbeder se convirtiera en una valiosa fuente de información para EEUU. Todos sus contactos, sus comunicaciones con amigos de Berlín y toda la documentación del ex agregado español en Alemania pasaron, a través de su bella amante, a las manos de las fuerzas aliadas.

Partidario del pretendiente Juan de Borbón, tras su salida del gobierno formó parte en algunas conspiraciones contra Franco. Retirado de la vida pública, falleció en 1957 junto a su amante británica.

En sus memorias, Rosalind Fox afirma que se propuso convencer a Beigbeder de inclinarse por Inglaterra y a Inglaterra de hacerlo por España en la Segunda Guerra Mundial. Para ello visitó en Tánger al coronel Hal Durand y Mary Beynon, ambos colegas del secretario de Estado para Asuntos Exteriores, Lord Halifax y amigos suyos. Durand y Beynon viajaron a Londres como “facilitadores”. Al parecer esa mediación tuvo resultados positivos. Siendo ya Beigbeder ministro de Asuntos Exteriores, Inglaterra decidió sustituir a su embajador en Madrid y nombrar a sir Samuel Hoare para mejorar la casi inexistente comunicación diplomática entre el Reino Unido y España.

¿Fue Rosalinda Fox espía británica? Durante su estancia en el protectorado, la británica se implicó en diversas aventuras al volante de su pequeño Austin 7 a través de las carreteras marroquíes y las fronteras y fue detenida por los franceses. Sus encantos de mujer pudieron más que el deseo del general francés al mando de fusilarla por espía. Rosalinda consiguió que el agregado militar británico en Gibraltar mediara con los franceses para que retiraran la mayor parte de las fuerzas que habían concentrado en las fronteras de la zona española mientras Beigbeder desarmaba a las poblaciones fronterizas que había activado previamente.

Las maniobras de Rosalinda para favorecer la causa aliada frente a Beigbeder la situaron en el punto de mira de los nazis, que la incluyeron en una lista negra de la Gestapo en España. Beigbeder, preocupado por su vida, le aconsejó que regresara a Estoril. No hay constancia de que ella actuara bajo las indicaciones u órdenes del gobierno británico, que es sabido que utilizó otros recursos para evitar que España entrara en la guerra a favor de Alemania.

A principios de los cincuenta Rosalinda llegó a Guadarranque con dos camiones enormes, su madre, su hijo, un amante, un criado hindú y un Rolls Royce. Al parecer Beigbeder, un hombre “roto y enfermo”, según ella misma lo describe, le pidió que comprara una casa en algún lugar de la costa sur española desde donde se pudiera ver Marruecos. Ella se decidió por ese pueblo andaluz de la bahía de Algeciras cuya playa sólo tenía como telón de fondo el peñón de Gibraltar, una satisfacción para la propia Rosalinda, y detrás la costa norte marroquí, un último placer para Beigbeder, que falleció a las pocas semanas de haberse instalado allí.

Rosalinda luchó con todos sus encantos para que España no se aliara con Alemania. Sin embargo, sus simpatías al parecer estaban más cercanas al franquismo anticomunista que al gobierno republicano, como las de muchos de sus compatriotas. Su implicación no fue ideológica sino para que no se cumpliera el intercambio que Hitler ofrecía a Franco, Gibraltar, por el apoyo en la guerra.

A pesar del diagnóstico de tuberculosis que le auguraba un raudo final, murió en la indigencia en 2004 con 96 años. Desde el 28 de febrero de 2017 el Parque de Mayores de la barriada de Guadarranque lleva el nombre de “Rosalinda Fox”, en memoria de una espía británica durante la Segunda Guerra Mundial que vivió en la barriada.

Bartolomé Zuzama i Bisquerra, junio 2024

Fuentes:

https://www.elmundo.es/suplementos/cronica/2009/738/1260658812.html

https://anamoralesblog.com/rosalinda-fox-la-espia-que-nos-cautivo/

https://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Luis_Beigbeder

https://www.esdiario.com/valencia/100657076/El-general-amante.html

https://www.iemed.org/publication/rosalinda-powell-fox-espia-amante-aventurera-aristocratica/

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