Tengo unas medias blancas de seda.
Tengo una memoria débil y una casa pequeña.
La cómoda que las guarda es azul,
como el cielo en los polos.
Tengo unos guantes a juego,
sueños, tristezas y nostalgia.
Están en el cajón, junto a un recordatorio,
el rosario de cuentas de nácar
y mi primer diente.
Tengo una mecedora triste,
un taburete cojo
y un libro sin tapas.
Tengo tiempo, mucho tiempo
y una agenda repleta
de amigos muertos.
Valladolid, 20/03/2017