Ya no soy Caperucita Roja
Dejé atrás la capa y desde entonces no paseo por el bosque sino por este barrio repleto de luces rojas. Cuando fui a visitar a mi abuelita me esperaba el abuelo, que devoró mi inocencia. En mi cestita ya no llevo el pastel y el tarrito de miel, lo sustituí
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