Decadencia
El espíritu del bosque se moría. Los tentáculos de las hiedras y las enredaderas ya no crecían y se habían ido endureciendo hasta convertirse en sarmientos rígidos, como los dedos de los ancianos abandonados en la residencias. Los antaño bosques rumorosos, que cobijaban múltiples criaturas bajo el artesonado vegetal de sus ramas, habían dado paso … Leer más